Me imagino que alguna vez te sentiste solo, que buscabas compañía de alguien que te entendiera. Quizás solo buscabas una buena amistad por aquel entonces. Pero de qué te ha servido lo demás ajeno a esto. Puede que no sea justo, que la vida te halla jugado una mala pasada, pero yo no soy Dios ni mucho menos y tú tampoco eres perfecto. Todos cometemos nuestros errores, sin embargo tú te despojaste de tú código reglamentario, porque dejaste todos tus principios atrás. Me parece que te desviaste del camino hacia el lado opuesto, ahora caes en la espiral de tus infracciones y te ahogas en el humo de tus cigarrillos mientras bebes litros de café, para mantenerte despierto si el corazón te falla. En parte tú tienes la culpa por no querer soñar a lo grande, siempre dijiste que te parecía una ordinariez soñar por lo alto, ya que después te podías llevar la decepción del siglo al ver que realmente no todos tenemos un destino suertudo. Por ello no aspiraste nada más que no fueran tus cigarrillos y tus cafés. Una copa de vez en cuando, nunca te fascino el mundo de la bebida, y alguna fulana de bragas bajas. Ahora te pregunto ¿de qué te sirvió? ¿Conseguiste ser feliz dejando atrás tus principios? Si eres feliz habrás perdido lo que alguna vez te importaba demasiado como para dejarlo escapar(la vida), yo tampoco estaré contigo, no porque no me guste ese mundillo(que no me gusta) sino porque creo que una persona que ha dejado de lado sus principios no se merece ni el más mínimo respeto. Si tus metas las has dejado al otro lado y te has traicionado a ti mismo es lo más bajo que puedes hacer. Si no lo eres te aconsejo que vuelvas al camino que una vez dejaste atrás que yo te estaré esperando.
Sea cual sea tú respuesta siempre esperare aquí para echarte una mano.
Me daría exactamente igual si realmente tus principios y metas fueran estos, de hecho estaría encantado y no me apartaría de tu lado. Me parecerías de lo más admirable ya que habrías conseguido todas tus aspiraciones. Pero como no es así aquí tienes lo que andabas buscando.
Tomás Paradise
No hay comentarios:
Publicar un comentario