Mientras Dean seguía mirándolo con cara de pena aproveche para meterme la mano sangrante en el bolsillo de mi pantalón.
-Ella no lo sé pero yo debería estar durmiendo y tú también.- le contesto Deam algo nervioso al ver tanta sangre.
-No le hagas caso al tonto ese.-dije tendiéndole una mano.-Y ahora vamos a que te miren esa tos.
-No, yo me quedo aquí no me pienso mover.
-Mira o vas con tus propios pies o te llevo yo a rastras.-dijo Dean más nervioso todavía.
-¡Dean!-le dije en señal de reproche. Yo sabía que estaba histérico y que estaba apunto de perder la conciencia pero tampoco eran maneras de tratar a la gente.
-¿¡Qué!?Yo solo quiero irme a dormir, que estas no son horas.
-¡Eres un insensible!
-Es que me faltan horas.
-Más horas te van a faltar como no dejes de ser tan grosero.
-No lo soy.
-No, lo que tú eres no lo puedo decir porque hay niños preescolares delante.-dije señalándolo con ambas manos.
-¡TE HAS CORTADO!¡DIOS MIO, UN MÉDICO, UNA AMBULANCIA, SE NOS DESANGRAN!- dijo corriendo en círculos.
Copito de nieve que no se lo podía creer, miraba con los ojos como platos, nunca supe si en realidad tenía ganas de reírse porque su boca se la tapaba con ambas manos y se estremecía por el dolor de su costado. Mientras yo intentaba calmar a Dean que seguía corriendo en círculos y pidiendo ayuda, pero la mala suerte que tiene uno que cuando lo agarré, lo hice con la mano sangrante y ahí, ahí fue cuando se desmayó. En ese momento pensé "¿qué hago ahora? Dios de mi vida, soy un desastre".
-Abre la puerta y avisa a los de la ambulancia si no se han ido ya.-dijo copito de nieve caminando con gran dificultad hacia las escaleras agarrándose a cualquier cosa que hubiera por su paso.
-¿A donde te crees que vas?
- A mi no van a coger.
-Pero que dices, no te van ha hacer nada. Si quieres voy contigo pero tienes que ir a que te miren eso.
Ya había llegado al final de la cocina, no había mas encimera donde agarrarse, empezó a caminar tambaleándose hasta las escaleras y justo antes de subir el primer peldaño calló. Primero pensé que se había muerto, luego descubrí que no porque intento levantarse pero no pudo y acabo perdiendo el conocimiento.
-Esto es fantástico y ahora le toca a la imbécil de turno dar la cara a saber que les digo a los incompetentes de ahí fuera.-salí dando tumbos y con cara de mal humor, abrí la puerta y con suerte aun seguían allí las ambulancias y los policías.- me pueden hechar una mano, un chico se a desmallado y el otro el otro creo que también.- dije cuando todos se centraron en la chica que acababa de salir por la puerta de una casa totalmente sellada.
Todos los de la ambulancia pasaron corriendo y sacaron a ambos "heridos" y los metieron en la misma ambulancia, a la que obviamente me subí después de haberlos convencido diciéndoles que me había cortado la mano y que no paraba de sangrar, que si cogía una infección podía morirme y a ellos caerles un puro del copón... En fin exageraciones de una perturbada muy desequilibrada.
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