domingo, 3 de julio de 2011

El tejemaneje del espíritu celeste- Una peculiar forma de cazar.

"En estos momentos mi corazón late fuertemente, siento que mi pecho va a estallar con tanto latido. ¿Qué es esto? ¿Qué es este dolor punzante en mi pecho?"
-Amor.
-¿Como lo...?
-Simplemente lo se. A eso que sientes se le llama amor.
-No, a esto que yo siento se le llama molestia. El amor no es más que el juego de los débiles.
-Cómo puedes pensar de esa manera mi amo.
-Deja de llamarme así, Didier.
-Perdone mi insolencia señor pero tampoco quiere que lo llame mi protegido, entonces, ¿cómo he de llamarle?
-Por mi nombre, idiota.
-Lancelot.
Este hizo una pedorreta con su boca mirando a los ojos de aquel ángel caído.
-Usa mi diminutivo, Lance.
-Entendido mi amo de ahora en adelante lo llamaré Lance.
-Tuteame un poco ¿quieres? Es qué siempre eres así de seco.
-¿Tutearte?
- Si, trátame de tú no de usted.
-Lo siento mi señor pero no puedo hacer eso.
-Lance. ¿Y por qué no?
-Porque sería una falta de respeto hacia su persona.
Aquel viejo muchacho lo miro a los ojos con aire amenazador.
-Te lo ordeno.
Didier se hecho a reír.
-Perdone que se le lleve la contraria pero yo no soy su perro.
-PS. Pero eres mi mayordomo.
-Incorrecto, yo no estoy aquí para aprender de usted ni mucho menos para ser su esclavo, estoy aquí porque es usted el que necesita aprender a amar y olvidar la venganza y el odio que tiene dentro. Pero para ello necesito una tapadera ¿no cree?, y la mejor manera de estar con usted todo el tiempo y protegerlo es ejercer como su mayordomo. Luego como estoy en este trabajo por su bien y por pura libertad puedo repudiar algunas ordenes que afecten a la personalidad de mi ser.
-¿Leíste bien tú contrato?
-De arriba a abajo mi señor.
-Pues se te olvido leer la letra pequeña.
-Y a usted la tinta invisible.
-Que ángel mas tramposo.
-Que amo tan egocéntrico.
-Idiota-dijo Lancelot por lo bajo.Pensó durante unos segundos. En los cuales comenzó a manifestarse una pícara sonrisa.- Es decir que si yo te pido que te lances a la piscina con ropa tienes que hacerlo, ya que esta acción no afecta a tú personalidad.
Didier con cara de asombro y una alarmada fascinación contesto:
-Si, mi amo. Pero como...
-Porque los ángeles sois débiles, y ahora al agua.
Mientras el mayordomo blasfemaba al dichoso contrato que había firmado, supo reconocer que el niño le había ganado la partida. Ahora él sería su esclavo hasta que la muerte los separara o hasta que le diera la libertad, cosa que Didier sabía con certeza que no sucedería jamás."Estúpido contrato sino lo hubiese firmado no estaría aquí atado"
Mientras el inocente mayordomo se tiraba al agua Lancelot empezó a reírse.
-Eso te pasa por tramposo. Y ahora vete a preparar la merienda que tengo hambre.
Y con una gesticulación de manos se despidió de Didier para "atender asuntos más importantes que seguir atormentando al pobre mayordomo".

No hay comentarios:

Publicar un comentario