-Total no puede ser tan difícil ¿no?
-Mira yo no se lo que vas ha hacer pero abrir las ventanas desde fuera va a ser, y perdón por la expresión, un coñazo. Por no decir que probablemente no la podamos abrirlas.
-Tarde, ya la he abierto.
-Pero que... !¿Te has cargado la ventana?¡
-Si.
-Y eso de ir con sigilo...
-Nadie se habrá dado cuenta y si lo hicieron pensaran que ha sido copito de nieve. Y ahora deja de hablar y ayudame a subir que no llego.- dije intentando trepar por la ventana.
-Pero ten cuidado con los cristales, y no te acerques a ese pirado hasta que yo suba.
-Ños, vale mama.
-Vega arriba.
Aun después de las advertencias al final acabe clabandome un cristal en la palma de la mano.
-¿Qué te paso?- preguntó al oír mi gemido.
A sabiendas que si le decía que me había cortado lo más probable es que me sacara de allí gritando "¡SE DESANGRA, SE DESANGRA, UNA AMBULANCIA, UN MÉDICO!", no es broma, esto es así, en resumen, la sangre no le gustaba ni un pelo.
-Nada; venga sube ya.
-Voy.
De repente se oyó un estruendo en la cocina, se oían caer botes, cajas y una voz desesperada gritando"DESPARECE DE MI VISTA, SOLO ERES PRODUCTO DE MI IMAGINACIÓN. JODER, POR QUE NO TE VAS. POR QUE VOLVISTE. VETE. VETE".
-Oye, Sook, ni se te ocurra moverte de ahí que subo.
Tarde, ya estaba a medio camino. Cuando alcance la cocina me vi a copito de nieve tirando al suelo botes y más botes de medicinas. Todavía no se había cambiado de ropa y estaba más devil y torpe.
-¡¿DONDE ESTA, DONDE ESTA?!
-¿El qué?-todavía no se había percatado de mi precencia, y le impacto un poco o mucho.
-¿Qué haces aquí? Tú no deberias estar aquí.- dijo bajando el tono de voz y agachando la mirada. Como si huviese hecho algo malo y se estubiera avergonzando.
-Eso es no debería pero...
-Te dije que me esperaras Sook.-ya me había olvidado de Dean.
Derepente copo de nieve empezo a toser y de su boca empezó a emanar sangre, callo al suelo en redondo y se tapo la boca con una de sus manos mientras la otra la colocaba en su costado.
-Ni tú, tú tampoco deberías.- dijo entre tos y tos de rodillas- Mierda no quería que vieran esto- dijo en surros casi inaudibles.
Dean lo miraba con cara de pena, y en ese momento supe en lo que estaba pensando. Pero yo siempre me he negado a creerlo
miércoles, 18 de mayo de 2011
lunes, 16 de mayo de 2011
El copo de nieve que no quería serlo- El placer de la locura.
Recuerdo que en aquel momento, en un espacio corto de tres segundos me miro, y sus ojos azules parecían estar vacíos, mientras que de su boca salia una sonrisa diabólica y sin vida. Me entraron escalofríos, la piel se me puso de gallina; esos tres segundos fueron más que suficientes para asustarme. Entonces se empezó a reír y a reír, pero sin soltar en ningún momento mi abrigo. Esa excreción, esa risa, aquella sangre que le ensuciaba el rostro y la cara... Eran espeluznantes.
-He tú soplagaitas que estas haciendo. La estas asustando.- Le soltó Deam. Que lo agarraba por la camisa del pijama.
-Para dejalo en el suelo, Deam bajalo.
Me hizo caso pero la verdad es que no con muchas ganas. Pero copito de nieve no paro de reirse.
-Dejame darle dos ostias para que entre en razón, veras tú que nos viene bien a todos.
-Ni lo sueñes, le podrías hacer daño.
-Es que de eso se trata, si le hago cosquillas no va a parar de reír ni de coña.
Mientras nosotros seguíamos discutiendo y los policías y médicos redactaban su informe poniéndose de acuerdo con los hechos , copito de nieve se encerró en la casa, cerro todas las ventanas y puertas.
Cuando nos dimos cuenta, solo se oían extraños y exagerados ruidos dentro de la casa. Uno de los policías se acerco y nos explicó que probablemente hubiese sufrido un sock, que lo más probable es que la locura lo hubiese evadido por la sencilla razón de que ver morir a tus padres no es algo para tomárselo a bromas. Y que procurarían mandar a un psicólogo lo antes posible.
-Pero no se preocupen es obvio que el muchacho no lo hizo.- sentenció mientras se marchaba satisfecho.
-Y ahora qué hacemos Sook. ¿Nos vamos?
-Supongo que ya no hay nada que hacer, aparte de colarse por la parte trasera de la casa.
-Ni de coña, pero tu estas loca.
-¿Acaso tú no? Te recuerdo que tú Deam Cooper trepó por la tubería de la casa de Adriana cuando supuestamente estaba locamente enamorado de ella, y esta que esta aquí no te puso ninguna pega, sino que te ayudo.
-Pero eso son dos cosas distintas una es entrar a la casa de un loco...
-Y otras más grave es entrar sin permiso ni invitación por la noche a la casa de alguien que esta durmiendo.
-Arg... Mira que eres... ¿Qué hacemos?
-Por lo pronto llegar a la parte trasera de la casa sin que nos pillen, y ya se nos ocurrirá como entrar.
-He tú soplagaitas que estas haciendo. La estas asustando.- Le soltó Deam. Que lo agarraba por la camisa del pijama.
-Para dejalo en el suelo, Deam bajalo.
Me hizo caso pero la verdad es que no con muchas ganas. Pero copito de nieve no paro de reirse.
-Dejame darle dos ostias para que entre en razón, veras tú que nos viene bien a todos.
-Ni lo sueñes, le podrías hacer daño.
-Es que de eso se trata, si le hago cosquillas no va a parar de reír ni de coña.
Mientras nosotros seguíamos discutiendo y los policías y médicos redactaban su informe poniéndose de acuerdo con los hechos , copito de nieve se encerró en la casa, cerro todas las ventanas y puertas.
Cuando nos dimos cuenta, solo se oían extraños y exagerados ruidos dentro de la casa. Uno de los policías se acerco y nos explicó que probablemente hubiese sufrido un sock, que lo más probable es que la locura lo hubiese evadido por la sencilla razón de que ver morir a tus padres no es algo para tomárselo a bromas. Y que procurarían mandar a un psicólogo lo antes posible.
-Pero no se preocupen es obvio que el muchacho no lo hizo.- sentenció mientras se marchaba satisfecho.
-Y ahora qué hacemos Sook. ¿Nos vamos?
-Supongo que ya no hay nada que hacer, aparte de colarse por la parte trasera de la casa.
-Ni de coña, pero tu estas loca.
-¿Acaso tú no? Te recuerdo que tú Deam Cooper trepó por la tubería de la casa de Adriana cuando supuestamente estaba locamente enamorado de ella, y esta que esta aquí no te puso ninguna pega, sino que te ayudo.
-Pero eso son dos cosas distintas una es entrar a la casa de un loco...
-Y otras más grave es entrar sin permiso ni invitación por la noche a la casa de alguien que esta durmiendo.
-Arg... Mira que eres... ¿Qué hacemos?
-Por lo pronto llegar a la parte trasera de la casa sin que nos pillen, y ya se nos ocurrirá como entrar.
martes, 10 de mayo de 2011
El copo de nieve que no queria serlo- Después de la tormenta nunca vino la calma.
Pero después de aquello nunca volvió a sonreír, ya ni si quiera nos habría la puerta. Recuerdo que era una noche cálida y estrellada, con una preciosa y bonita luna llena. Ya habían pasado unos años yo tenía trece y aquellos dos dieciséis. Pero no es oro todo lo que reluce. Aquella noche se volvió fría, se nublo y cuando ya ni si quiera se podía ver la luna todo el pueblo oyó a una ambulancia y cuatro coches patrulla. Recuerdo que miré por la la ventana y los vi dirigirse a la casa del prado. Baje corriendo las escaleras y me puse un abrigo, al abrir la puerta mamá salio de su a¡habitación.
-¿A dónde vas?
-A casa de copito de nieve, los coches de policía se dirigen hacía allí.
-Espera voy contigo.
-No hace falta iré con Deam.
-Ten cuidado.
-Ok.
No me hizo falta ni llamar a la puerta Deam ya estaba fuera.
-Al final y todo te va a caer bien copo de nieve.
-No te flipes salí porque sabía que tú irías y no quería dejarte ir sola.
-Ya claro lo que tú digas. Venga vamos, quien llegue el último es un unihuevo chupapedos.
-Cada día algo nuevo. Ayer que era ¿ engendro mal nacido en forma de moco toxico?
-Claro, que sentido tendría si siempre dijera lo mismo. Sería aburrido.
Corrimos hasta la casa de copo de nieve, pero no nos dejaron acercarnos a la casa. Se había convertido en un área restringida; un par de minutos después salían camillas con enormes bolsas negras. Pensé, "No puede ser, copo de nieve no puede estar en una de esas bolsas. No me lo creo". Las lágrimas empezaban a caer por mi rostro y empecé a rezar porque él ni sus padres estuvieran dentro. Pero ya habían salido dos camillas y comencé a pensar que dentro de poco saldría una tercera.
¿Qué posibilidades había de que no fueran ellos? Una entre un millón.
-NO. NO SE LOS LLEVEN. TIENE QUE HABER UN ERROR, VUELVANLO A COMPROVAR, TIENEN QUE ESTAR VIVOS. DEVUELVANMELOS LADRONES, MISERABLES CANALLAS- gritaba copo de nieve frenéticamente, por un momento me alegre de que siguiera(por lo menos, él vivo). Él seguía pidiendo que lo revisaran que miraran de nuevo porque sus padres no podían haber muerto. Calló al suelo, y ya no pude más, salte la cinta amarilla y corrí hacia él.
-Mirame, mirame... Tranquilizate ¿vale?
Él se aferro a mi y empezó a llorar, no se si fue por que no se podía levantar o porque realmente necesitaba ese abrazo. Yo le acariciaba la cabeza mientras él seguía llorando. Pensaba en que decirle de verdad pero no se me ocurría nada a si que supuse que sería mejor no decir absolutamente nada.
-¿A dónde vas?
-A casa de copito de nieve, los coches de policía se dirigen hacía allí.
-Espera voy contigo.
-No hace falta iré con Deam.
-Ten cuidado.
-Ok.
No me hizo falta ni llamar a la puerta Deam ya estaba fuera.
-Al final y todo te va a caer bien copo de nieve.
-No te flipes salí porque sabía que tú irías y no quería dejarte ir sola.
-Ya claro lo que tú digas. Venga vamos, quien llegue el último es un unihuevo chupapedos.
-Cada día algo nuevo. Ayer que era ¿ engendro mal nacido en forma de moco toxico?
-Claro, que sentido tendría si siempre dijera lo mismo. Sería aburrido.
Corrimos hasta la casa de copo de nieve, pero no nos dejaron acercarnos a la casa. Se había convertido en un área restringida; un par de minutos después salían camillas con enormes bolsas negras. Pensé, "No puede ser, copo de nieve no puede estar en una de esas bolsas. No me lo creo". Las lágrimas empezaban a caer por mi rostro y empecé a rezar porque él ni sus padres estuvieran dentro. Pero ya habían salido dos camillas y comencé a pensar que dentro de poco saldría una tercera.
¿Qué posibilidades había de que no fueran ellos? Una entre un millón.
-NO. NO SE LOS LLEVEN. TIENE QUE HABER UN ERROR, VUELVANLO A COMPROVAR, TIENEN QUE ESTAR VIVOS. DEVUELVANMELOS LADRONES, MISERABLES CANALLAS- gritaba copo de nieve frenéticamente, por un momento me alegre de que siguiera(por lo menos, él vivo). Él seguía pidiendo que lo revisaran que miraran de nuevo porque sus padres no podían haber muerto. Calló al suelo, y ya no pude más, salte la cinta amarilla y corrí hacia él.
-Mirame, mirame... Tranquilizate ¿vale?
Él se aferro a mi y empezó a llorar, no se si fue por que no se podía levantar o porque realmente necesitaba ese abrazo. Yo le acariciaba la cabeza mientras él seguía llorando. Pensaba en que decirle de verdad pero no se me ocurría nada a si que supuse que sería mejor no decir absolutamente nada.
lunes, 9 de mayo de 2011
El copo de nieve que no queria serlo- Como dijo que si
Al día siguiente, recuerdo que justo después del almuerzo volvimos a aquella casa. Volvimos a ver a copo de nieve sentado en el porche descalzo y con ropa de verano. Volvimos ha acercarnos, aunque en realidad Deam simplemente me seguía.
-Hola copo de nieve.
-Hola, Mandy y Billy.
-No me llamo Mandy y él no se llama Billy.
-Y yo no me llamo copo de nieve.
-Ps, tonterías. ¿Quieres jugar con...?
-¿Qué haces ahí? Entra en casa que te vas a poner malo. Pero mira como vas vestido.- decía una mujer que salia de la puerta hacia fuera.-¿Y quienes son estos angelitos cielo?, ¿son tus amigos?.
-Algo así.
-Venga vamos a casa. ¿Quieren entrar a jugar ustedes también?
Yo accedí, a Deam no le pareció buena idea pero aun así entro. ¿Por qué? Simplemente porque era mi guardaspaldas.
-Por cierto señora no somos angelitos; somos niños.- le dije.
-A de verdad, pensé que lo erais por las alas blancas que tenéis detrás.- ambos picamos como tontos y miramos a nuestras espaldas. Obviamente no vimos alas, vimos un paisaje cubierto de nieve.- Vamos no me digáis que no las ven, pero si son enormes.
-No señora lo unico que hay es nieve.
-Pequeña no sabías que hay que tener la vista en el cielo, pero eso si los pies en el suelo.
A partir de entonces íbamos todos los días por la tarde a esa casa, hiciera frío o calor, lloviera o nevase. En innumerables ocasiones aquel chico se ponía enfermo, con frecuencia sangraba por la nariz, había veces en las que ni si quiera podía levantarse de la cama, no comía casi nada, veces teníamos que entrar a la habitación que estaba totalmente cellada y oscura sin poder encender ninguna luz porque padecía de migrañas. Recuerdo aquello porque aunque pareciera tiste el pensar que su vela se apagaba y se encendía a cada momento, siempre pero siempre sonreía. Y lo más curioso es que nunca me hizo falta saber su nombre ni a él los nuestros para pasarlo bien, ni para cuidarnos como si fuéramos familia. Cierto es que Deam nunca hablo con aquella gente y cierto es que nunca y jamás de los jamases le caería bien.
-Hola copo de nieve.
-Hola, Mandy y Billy.
-No me llamo Mandy y él no se llama Billy.
-Y yo no me llamo copo de nieve.
-Ps, tonterías. ¿Quieres jugar con...?
-¿Qué haces ahí? Entra en casa que te vas a poner malo. Pero mira como vas vestido.- decía una mujer que salia de la puerta hacia fuera.-¿Y quienes son estos angelitos cielo?, ¿son tus amigos?.
-Algo así.
-Venga vamos a casa. ¿Quieren entrar a jugar ustedes también?
Yo accedí, a Deam no le pareció buena idea pero aun así entro. ¿Por qué? Simplemente porque era mi guardaspaldas.
-Por cierto señora no somos angelitos; somos niños.- le dije.
-A de verdad, pensé que lo erais por las alas blancas que tenéis detrás.- ambos picamos como tontos y miramos a nuestras espaldas. Obviamente no vimos alas, vimos un paisaje cubierto de nieve.- Vamos no me digáis que no las ven, pero si son enormes.
-No señora lo unico que hay es nieve.
-Pequeña no sabías que hay que tener la vista en el cielo, pero eso si los pies en el suelo.
A partir de entonces íbamos todos los días por la tarde a esa casa, hiciera frío o calor, lloviera o nevase. En innumerables ocasiones aquel chico se ponía enfermo, con frecuencia sangraba por la nariz, había veces en las que ni si quiera podía levantarse de la cama, no comía casi nada, veces teníamos que entrar a la habitación que estaba totalmente cellada y oscura sin poder encender ninguna luz porque padecía de migrañas. Recuerdo aquello porque aunque pareciera tiste el pensar que su vela se apagaba y se encendía a cada momento, siempre pero siempre sonreía. Y lo más curioso es que nunca me hizo falta saber su nombre ni a él los nuestros para pasarlo bien, ni para cuidarnos como si fuéramos familia. Cierto es que Deam nunca hablo con aquella gente y cierto es que nunca y jamás de los jamases le caería bien.
domingo, 8 de mayo de 2011
La nueva camarera 9
Seis de la mañana, el despertador todavía no ha sonado pero el resonar de ruedas chillando es el me despierta. Me levanto, me rasco la cabeza, me enderezo, me restrego los ojos, me pongo la camisa y los pantalones del pijama, me asomo a la ventana y lo primero que se me pasa por la cabeza es "Ya me he quedado sin Roxie". Cojo las llaves y salgo a la calle corriendo ( y si, fui en pijama, pero el tema era serio se trataba de Roxie. ¿Qué mas da que fuera en pijama?)
-ESTAS LOCA, QUE COÑO LE HAS HECHO. TE FUISTE A LA PLAYA Y SE BAÑARON JUNTAS, SUBIERON UNA MONTAÑA PARA REVOLCARSE EN EL BARRO Y SE TIRARON LADERA ABAJO. PERO QUE... MIRA ESTO HAS MANDADO A LA MIERDA LA CHAPA, ESTA OXIDADA,LA PINTURA, ESTA RAYADA, Y ESTA LLENA DE ABOLLADURAS POR TODAS PARTES. EL TUBO DE ESCAPE YA NI SIQUIERA PARECE UN TUBO DE ESCAPA. !!¿QUÉ LE HAS HECHO?¡¡ ESTA MÁS AMORFA QUE EL DITTO DE POKEMON.
Ella me miro y por lo visto le pareció gracioso porque empezó a reírse.
-TE PARECE GRACIOSO, ES QUE ACASO TE PARECE GRACIOSO HABERME DESTROZADO LA MOTO. TE DIJE QUE TUVIERAS CUIDADO QUE NO QUERÍA QUE LE HICIERAS NINGÚN RASGUÑO...
-Uno no le he hecho ningún rasguño, simplemente la he destrozado y dos a culpa es tuya por dejármela. Además tú me pediste que la cuidara pero yo no te dije que lo haría. Como conclusión, esto es culpa tuya- dijo señalando a la harley. Y zanjado el tema (según ella, porque para mi esto no era sino el comienzo de la guerra), se largo dentro del bar.
-ESTAS LOCA, QUE COÑO LE HAS HECHO. TE FUISTE A LA PLAYA Y SE BAÑARON JUNTAS, SUBIERON UNA MONTAÑA PARA REVOLCARSE EN EL BARRO Y SE TIRARON LADERA ABAJO. PERO QUE... MIRA ESTO HAS MANDADO A LA MIERDA LA CHAPA, ESTA OXIDADA,LA PINTURA, ESTA RAYADA, Y ESTA LLENA DE ABOLLADURAS POR TODAS PARTES. EL TUBO DE ESCAPE YA NI SIQUIERA PARECE UN TUBO DE ESCAPA. !!¿QUÉ LE HAS HECHO?¡¡ ESTA MÁS AMORFA QUE EL DITTO DE POKEMON.
Ella me miro y por lo visto le pareció gracioso porque empezó a reírse.
-TE PARECE GRACIOSO, ES QUE ACASO TE PARECE GRACIOSO HABERME DESTROZADO LA MOTO. TE DIJE QUE TUVIERAS CUIDADO QUE NO QUERÍA QUE LE HICIERAS NINGÚN RASGUÑO...
-Uno no le he hecho ningún rasguño, simplemente la he destrozado y dos a culpa es tuya por dejármela. Además tú me pediste que la cuidara pero yo no te dije que lo haría. Como conclusión, esto es culpa tuya- dijo señalando a la harley. Y zanjado el tema (según ella, porque para mi esto no era sino el comienzo de la guerra), se largo dentro del bar.
jueves, 5 de mayo de 2011
El copo de nieve que no queria serlo - ¿Por qué no quererlo? Porque es diferente, ¿y eso qué tiene de malo?
Recuerdo que me fui a casa refunfuñando porque aquel niño no quiso ser mi amigo. Pensaba en porque no quería ser un copo de nieve, ¿qué tenía él en contra de los copitos de nieve? Si los copos de nieve son muy bonitos y lo más impresionante es que caen del cielo. En algún momento de su vida los copos de nieve vieron el cielo y traspasaron las nubes. En algún momento de su vida llegaron a estar en lo mas alto contemplándonos. En algún momento de su vida ellos tuvieron la elección de escoger un lugar donde refugiarse.
Deam iba diciendo por el camino que aquel niño tenía algo raro.
-Es que acaso los copitos de nieve te parecen raros.
-Él no es un copito de nieve.
-Pero lo admitió así que a mi me vale.
-No lo es.
-A no y porque solo sale en invierno, cuando los copitos de nieve caen del cielo.
-No lo es.
-Que si.
-Que no.
-Si.
-No.
-Si.
-No.
-Si.
-Si.
-Ves lo que yo decía un copo de nieve.
Deam me miro boquiavierto.
-Cierra la boca que te van a entrar moscas.
-Por qué contigo no funciona.
-Porque soy más lista que tú.
-Mentira.
-Verdad.
-Hiciste trampas.
-Como voy ha hacer trampas zoquete.
Aquel día nos lo pasamos discutiendo; llegamos a la casa de Deam (hoy me quedaba yo a dormir) y la madre nos puso en una esquina de la habitación a cada uno. Fue muy gracioso porque lanzábamos muecas de una esquina a otra, hasta que nos dormimos.
Deam iba diciendo por el camino que aquel niño tenía algo raro.
-Es que acaso los copitos de nieve te parecen raros.
-Él no es un copito de nieve.
-Pero lo admitió así que a mi me vale.
-No lo es.
-A no y porque solo sale en invierno, cuando los copitos de nieve caen del cielo.
-No lo es.
-Que si.
-Que no.
-Si.
-No.
-Si.
-No.
-Si.
-Si.
-Ves lo que yo decía un copo de nieve.
Deam me miro boquiavierto.
-Cierra la boca que te van a entrar moscas.
-Por qué contigo no funciona.
-Porque soy más lista que tú.
-Mentira.
-Verdad.
-Hiciste trampas.
-Como voy ha hacer trampas zoquete.
Aquel día nos lo pasamos discutiendo; llegamos a la casa de Deam (hoy me quedaba yo a dormir) y la madre nos puso en una esquina de la habitación a cada uno. Fue muy gracioso porque lanzábamos muecas de una esquina a otra, hasta que nos dormimos.
martes, 3 de mayo de 2011
El copo de nieve que no queria serlo
-Mami, me voy con Deam a la casa de la pradera.
-¿Qué pradera?
-Shhh, eso es un secreto.
-Tengan cuidado, no hablen con desconocidos...
-No pasa nada mami, tengo a Deam.
-Aún así cuidado.
-A sus ordenes mi sargento.
Aquel mismo invierno fuimos a la casa de la pradera por tercera vez y por tercera vez vimos a aquel chico de pelo blanco, piel tan pálida o más que la nieve y ojos azul eléctrico. Estábamos en invierno pero él parecía no darse cuenta, porque siempre estaba con ropa de verano y pies descalzos. Yo aun era una niña algo extrovertida y aquel mismo día no pude aguantar el ir a hablar con él. Deam me acompañaba pero nunca le dirigió la palabra.
-Hola.
-Hola.-su voz sonaba algo triste.
-¿Estas triste?
-No.
-Entonces, ¿por qué lloras?¿es por qué tienes frió?
-No.
-¿Por qué te han metido en la lavadora y te has quedado sin color?
Recuerdo que su expresión cambio radicalmente, por un momento pensé que estaba apunto de morirse pero de repente empezó a reírse a grandes carcajadas. Y esta vez lloraba, si, pero de la risa.
-Cuanta imaginación para tan poca cosa.
-A quién llamas tú poca cosa, yo ya tengo ocho años. Ya soy grande, copo de nieve.
-¿Cómo que copo de nieve? No soy un copo de nieve, no soy redondo.
-Pero eres blanco.
-Y tú también.
-Pero tú más.
-No soy un copo de nieve.
-Si.
-No.
-Si.
-No.
-Si.
-No.
-No.
-Si.
-Ves que si eres un copo de nieve, a mi no me la das con queso. Tú eres un copo de nieve caído del cielo.
-Pos vale seré un copo de nieve.
-¿Copo de nieve, quieres ser nuestro amigo?
-Que remedio- dijo encogiendose de hombros.-Pero no me llamo copo de nieve.
-Los copos de nieve siguen siendo copos de nieve, a si que te llamas copo de nieve.
-A si pues ahora te voy a ignorar.
-Pues venga adelante, total los copos de nieve no hablan.-dije dandome la vuelta- Vamos Deam.
Nosotros nos íbamos a seguir jugando con la nieve mientras aquel niño nos miraba riéndose a carcajadas como si disfrutara con solo vernos jugar.
-¿Qué pradera?
-Shhh, eso es un secreto.
-Tengan cuidado, no hablen con desconocidos...
-No pasa nada mami, tengo a Deam.
-Aún así cuidado.
-A sus ordenes mi sargento.
Aquel mismo invierno fuimos a la casa de la pradera por tercera vez y por tercera vez vimos a aquel chico de pelo blanco, piel tan pálida o más que la nieve y ojos azul eléctrico. Estábamos en invierno pero él parecía no darse cuenta, porque siempre estaba con ropa de verano y pies descalzos. Yo aun era una niña algo extrovertida y aquel mismo día no pude aguantar el ir a hablar con él. Deam me acompañaba pero nunca le dirigió la palabra.
-Hola.
-Hola.-su voz sonaba algo triste.
-¿Estas triste?
-No.
-Entonces, ¿por qué lloras?¿es por qué tienes frió?
-No.
-¿Por qué te han metido en la lavadora y te has quedado sin color?
Recuerdo que su expresión cambio radicalmente, por un momento pensé que estaba apunto de morirse pero de repente empezó a reírse a grandes carcajadas. Y esta vez lloraba, si, pero de la risa.
-Cuanta imaginación para tan poca cosa.
-A quién llamas tú poca cosa, yo ya tengo ocho años. Ya soy grande, copo de nieve.
-¿Cómo que copo de nieve? No soy un copo de nieve, no soy redondo.
-Pero eres blanco.
-Y tú también.
-Pero tú más.
-No soy un copo de nieve.
-Si.
-No.
-Si.
-No.
-Si.
-No.
-No.
-Si.
-Ves que si eres un copo de nieve, a mi no me la das con queso. Tú eres un copo de nieve caído del cielo.
-Pos vale seré un copo de nieve.
-¿Copo de nieve, quieres ser nuestro amigo?
-Que remedio- dijo encogiendose de hombros.-Pero no me llamo copo de nieve.
-Los copos de nieve siguen siendo copos de nieve, a si que te llamas copo de nieve.
-A si pues ahora te voy a ignorar.
-Pues venga adelante, total los copos de nieve no hablan.-dije dandome la vuelta- Vamos Deam.
Nosotros nos íbamos a seguir jugando con la nieve mientras aquel niño nos miraba riéndose a carcajadas como si disfrutara con solo vernos jugar.
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