lunes, 28 de marzo de 2011

El encargo 4

Me fui al parque más cercano, que estaba a cinco kilómetros, me senté en aquel banco solitario y empecé a pensar que el que realmente estaba loco era yo. Me había vuelto hostil, una amenaza para la sociedad. Yo jamás he querido ser como el viejo, y ahora soy su vivo retrato. ¿De verdad que quería acatar aquellas ordenes? Sería mejor no hacerlo pero llegados a este punto, a mi ya me daba igual. ¿Sería verdad que me había vuelto egoísta y egocéntrico? Seguramente lo era, pero yo no conseguía darme cuenta. ¿Sería verdad que lloraba en sueños? Posiblemente, eso explicaría los sudores, y aquella almohada empapada al despertar. Así que yo era eso y mucho más. Víctor tenía razón. He cambiado. Después de llegar a la conclusión de que culpar a Víctor, o incluso al viejo, sería algo cobarde por mi parte, y comprender que el que tenía razón era Víctor; y que yo sería el que tendría que mirarse al espejo; comenzó a llover. Bajo la lluvia, caminando con parsimonia, soledad, desden y trizteza, estaba yo. Con la cabeza agacha observando como mis pies reptadores, golpeaban a una insignificante piedra que había encontrado en el camino. Regresaba hacia la casa. Aquella casa silenciosa y tenebrosa , que me absorbía como el papel al agua.

domingo, 27 de marzo de 2011

El encargo 3

Después de un largo e intenso periodo de tiempo, en el que lo único que interrumpía el silencio era el bombeo de nuestros corazones y el corte de la verdura que Víctor tenia en las manos, paro, soltó el cuchillo, se limpio las manos en su delantal y me miro fríamente.


-¿Qué? Acaso tengo monos en la cara.


-Algún día te arrepentirás, Rene, y entonces la realidad te explotara en la cara.


-Es que hay algunos que no tenemos tanta suerte como otros.-le dije mirándolo despotamente.


Él se miro de arriba ha abajo y se quedo mirando sus piernas inválidas, mientras sus ojos se le llenaban de rabia.


-Y tú crees que esto es suerte. Mírame no puedo andar, no puedo sentir el frió suelo bajo mis pies, ni si quiera lo que sientes tu al caminar, al tocar algo solido. Tú no sabes lo duro que es estar aquí sentado y no poder mover el culo de esta puta silla. Ya no se los años que llevo aquí sentado, pero te aseguro que si pudiera caminar me abría escapado desde el primer momento.-dijo con rabia enérgica.


-Sabes lo que te digo, que prefiero tener una vida que una bala en la cabeza.


-No es por tirártelo en cara pero ¿qué vida?. Has perdido un ojo por nada.


-Pero se puede saber que te pasa.


-Que te has vuelto como el viejo, igual de déspota y cruel. Cuando yo te conocí no eras así, eras honrado, tímido y un gran tío.


-Eso no es así y tu lo sabes.


-No, no lo sé...


Cada uno respondía con una rabia contenida, como si el dolor de todos estos años hubiese estallado como una granada a los diez segundos de activarla.


-Víctor, no me jodas. -Déjame acabar. No se por que no intentastes escapar desde la primera vez, ni los motivos que te impulsan a quedarte y a cometer tantas barbaridades; no se que pretendes con esos actos, pero que sepas que así no vas a llegar a santo y por último, no se por que no buscas un trabajo que te llene más que esta mierda y que te haga sentir limpio de todo remordimiento.


-Y tú por qué no- le dije bajándome del poyo y poniendo la cara a la altura de la de Víctor. -Porque yo no lloro todas las noches de remordimiento.- dijo intentando zanjar el asunto, con voz que simulaba pena.


-Te has vuelto loco o es que te caíste de la cuna al nacer.


-Te recuerdo que dormimos en la misma estancia. Y creo que lo haces en sueños, no paras de llorar, gritar y pedir clemencia. Y la historia que más se repite es la de aquella vez.


Por mi cuenta, yo ya no podía escuchar más, ahora si que me había tocado fondo, así que sin inmutar palabra me largue a dar un paseo por algún lugar mas relajado que aquel sitio lleno de frustraciones y tensiones.

sábado, 19 de marzo de 2011

La nueva camarera 8

-Sam, habré la puerta-dije intentando abrir la puerta-Maldita sea. Siempre igual.- dije rendiéndome al poder de la puerta.



-Pues, ahí te quedas.-dijo la pelirroja.



-Pero tú a dónde te crees que vas.



-A mi casa, a dónde si no.- y regreso al camino.



-Ey, Pippi Langstrum, espera...



-¿Pippi Langstrum?- me pregunto.



-Si no me das tu nombre, algo tendré que hacer para llamar tu atención.



-Bueno, que es qué ya te aburriste del sustantivo.-me dijo con algo de desprecio.



- Se puede decir que si.-dije algo mosqueado.



-Mejor olvidame.-dijo mientras se largaba.



-Espera-ella se de tubo y me miro, en señal de espera- Si Sam pregunta, le voy a decir que te has escapado.



-Siento decilucionarte, bueno en verdad no, pero por si no te has fijado me pienso ir digas lo que digas.



-Haber que ya lo se sino me importa, de hecho a mi me viene mejor pero que no te voy a dejar que te vallas sola caminando. Toma, pero que sepas que la quiero aquí mañana y sin ningún rasguño¿ok?.



-Pero que es esto.



-Las llaves de mi moto, es aquella harley blanca de allí.-ella miro sin comprender el por que de aquel gesto.



- Y se puede saber para que las quiero.



-Sabes conducirla.



-Si.



-Pues ya no te hace falta mas, te subes la enciendes y te marchas.



-Que sepas que no te pienso devolver el favor.



-No me importa.



-Gracias... supongo.



-De nada, supongo.



Se subió en aquella moto, la encendió... Y arranco como si hubiesen dado el pistoletazo de salida.



-SIN NINGÚN RASGUÑO. -dios mio, casi me da algo cuando mi preciosa harley arranco de aquella manera. Pensé que casi las ruedas las deja atrás.

viernes, 18 de marzo de 2011

La camarera nueva 7

-Tú viste el cuatro por cuatro que acaba de salir del bar, pues ese desgraciado la a cogido por el brazo y se ha puesto a dar voces. Y para rematar la faena la a amenazado.
-Bueno, pues que se busque un hotel. O sin tan preocupado estas por ella llevatela a tu casa...
-Es que aquí no cuenta mi opinión, te estoy diciendo que solo estaba un poco nervioso y ya esta. No pasa absolutamente nada.- dijo la pelirroja.
-Oh, no, esa mirada no me gusta nada.- le dije a Sam, al que se le acababa de encender la bombilla.
-Venga tío, no seas así que esta noche he quedado.
La chica nos miraba como si fuéramos dos pirados que acababan de descubrir que el fuego quema.
-Me importa un huevo que hallas quedado, es tu camarera, tu empleada por lo tanto tu problema. Así que en tu casa.
-Tienes cama y sofá que te cuesta, por fa please.
-A mi no me pongas esos ojitos tiernos, por que nunca te a funcionado ahora tampoco.
-Ey, que sigo viva. Bueno yo me marcho.
-Pues venga a tu casa entonces- dijo Sam empujándonos fuera del local- No se permiten quejas.-dijo mientras nos cerraba la puerta en las narices.-Por cierto como le pase algo a ti se te cae el pelo, chavalin.

domingo, 13 de marzo de 2011

La camarera nueva 6

Y adivina que. Cuando sacudí la cabeza y miera para arriba vi que se trataba de un hombre corpulento con aires de superioridad. Algo moreno, de cabeza rasurada y cuadrangular. Iba vestido con unos pantalones baqueros, unas deportivas y una camisa blanca sin mangas que parecía estar pidiendo ayuda para que la sacaran de aquellos pectorales tan grotescos. Era muy alto. No se de que color tendría los ojos la oscuridad no me permitía distinguirlo y su altura no es que ayudara mucho.
-Ten más cuidado, mira por donde vas-dijo con voz profunda, tosca y de desprecio. Este tenía prisa, por que no me ayudo a lebantarme, ni si quiera espero a que lo hiciera, sino que paso por encima y se largo.
Yo que estuve a punto de ponerlo a parir, casi le digo que porque él tuviera las nubes en los ojos no significaba que no existiera la gente mas baja que él. Pero eso de que midiera dos metros más que yo y tuviera la anchura de un ropero no ayudaba mucho. La verdad es que la idea de darme tortas con el no me agradaba mucho. Segurísimo que acabaría perdiendo. Así que me conforme con hacerle muecas mientras se alejaba y yo me levantaba.
Cuando entre, Sam estaba hablando con la pelirroja; ambos estaban muy serios.
-Perdona que les interrumpa, pero joder como estaba el calvito. Estaba que echaba humo.
-Ten cuidado con ese. Es la primera vez que lo veo y ya ha acabado con mi paciencia.-dijo Sam sin cambiar su expresión.
-Mira que eso si que es difícil.
-Esto no es broma, mañana vamos a plantarle una denuncia.
-Eso lo hablaras por ti. Yo ya te he dicho que no va a volver a pasar. Es amigo de mi hermano.-dijo la pelirroja preocupada.-Yo hablare con él y listo. Solo esta un poco nervioso.
-¿Pero entonces qué ha pasado?-pregunte sin comprender la situación.

viernes, 11 de marzo de 2011

El encargo 2

Si señor ya solo me quedaban seis días, un ojo y un par de costillas sin estrenar. Si supiese como librarme de este encargo lo haría, pero la realidad es que no puedo.
-Esta vez si que te ha dado fuerte.
-"NO EN SERIO"- le dije con sarcasmo a Víctor.
-Bueno normalmente te da con el bastón y empaz pero hoy lo cogiste de malas.
-Víctor-dije mirándolo entre una mezcla de molestia y asombro. ¿Cómo podía ser que nunca pillara el sarcasmo o la ironía?
-¿Qué?
-¿Sabes que lo anterior era sarcasmo?
-Y que quieres ahora ya sabes que me cuesta.
-"SOLO"-le dije con sarcasmo.
-¿Sarcasmo?
-Si.
-Bueno y qué vas a hacer ahora.
-Acatar las ordenes.-dije descorazonado.
-Acaso serías capaz.
-No me queda de otra, es él o yo.
-Tú te quejas de lo déspota que es el viejo, pero tú amigo mio no te quedas corto.
-Yo lo que quiero es salir de esta mierda y tener una vida normal.
-Pues ya te vale.
-Miralo por este lado, al viejo le quedan solo unos años. Con él fuera del mapa yo seré libre y tú también.-objete con aire perspicaz.
-Si no es él, ya vendrá otro a seguir su puesto y así sucesivamente.
-No tiene herederos.
-Eso no tiene nada que ver, esto es la mafia aquí todo vale.
-Mira que eres pesimista.
-Rene, esto es serio. ¿De verdad que vas a cumplir las ordenes?
-Ya lo he hecho otras veces y esta no va a ser menos.

En un beso, sabrás todo lo que he callado(Frase de Pablo Neruda)

El amor; pura ceguera. La pasión; pura locura. El primer beso, fue lo que marco el comienzo y el final de esta adicción a ti. Tus gestos; pura nicotina. Tus miradas; pura mariguana. Tus caricias; pura cocaína. Tus besos de amor; pura heroína. Perder de vista el olor de tu perfume, significa vivir un tiempo en la nada. Olvidarme de ti, lo imposible. El no oír tu voz me produce locura, el no oírla proboca el silencio a mi alrededor. Ese silencio es el que me vuelve loco; y lo loco que estoy es por ti.
Esta es la historia interminable, tu apareces y desapareces y así sucesivamente. Eres como el espejismo que uno no quiere perder de vista. La x que marca el lugar. El premio de la lotería. El pan de cada día. Tú sin mi lo eres todo pero yo sin ti no soy nada. Y es que solo quiero darte un beso para que sepas todo lo que he callado.

jueves, 10 de marzo de 2011

El encargo

-¡TE HA QUEDADO CLARO!

-Transparente- conteste conmovido, por el dolor que corría al viejo carcamal, debido a sus hachas de guerra.

-Pues me imagino que harás lo que te pido sucia rata callejera.-Seguía dando voces pero el sabia que en una casa de campo muy pocos te iban a oír, si es que con suerte te oía alguien.- Como no lleves acabo el trabajo, te daré tu merecida azotaina.

-Sí, señor- yo respondía con aire militar, evitaba a toda costa mirarlo a la cara. Aunque él tenía de señor lo que yo de príncipe.

-Mírame a la cara gilipoyas, mírame, préstame atención, sé un hombre y mírame a los ojos cagueta, porque solo te lo voy a decir una vez más: Lo quiero muerto, en un mausoleo, en un sepulcro por mí como si es en una fosa común. Quiero ver a ese felón mamón muerto ¿me entiendes? La próxima vez que lo vea quiero que sea en su funeral, quiero ver como lo entierran en una tumba o como lo incineran, pero lo quiero muerto. Ya te he dado demasiadas oportunidades, esta es la última. Porque si te has convertido en un blando eso lo arreglo yo con una soberana paliza.-Se paro unos segundos, el viejo necesitaba coger aire.- Eso te lo aseguro yo a ti felpa de mierda.

-Pero...-intentaba poner algunas cartas a mi favor, pero era imposible razonar con él.

-Pe...Pe...pe...pe...pero. Ni peros ni leche en vinagre, sabes que sin mi te estarías pudriendo en una esquina pidiendo limosnas que no llegan. Así que ya estas moviendo tus puñeteras posaderas a donde quiera que esté, para darle su merecido, al judas. Tienes un plazo de siete días sino vete organizando tu funeral.

-Sí, señor-no podía creerme que no tuviera corazón, siempre había pensado que algún día su corazón se mostraría débil con alguien. Pero no, no era así, él era un hijo de puta, y de primera.

-Y una cosa más- dijo reprimiendo la ira y aquel tono hostil que tenía por voz mientras me agarraba con todas sus fuerzas el brazo izquierdo- Antes de llamar a la funeraria quiero que lo traigas aquí, quiero asegurarme de que este muerto ¿me oyes? quiero asegurarme de ello.

-Sí, señor-yo no era capaz de mirarle a los ojos, con los años aquellos se habían vuelto déspotas y viles.

-¡MARICONA! ¿CUÁNTAS VECES TE HE DICHO QUE ME MIRES A LOS OJOS? ¿CUÁNTAS? ¿ES QUE ACASO OSAS DESAFIARME?-gritó mientras me empujaba al suelo. Se levanto como pudo, y a sabiendas de que yo no me levantaría hasta que él lo ordenará. Me quede apoyado de el suelo mientras este se acercaba.- Pero mira que acongojada esta la maricona- esto último lo dijo mientras se agachaba entonando la última palabra con rabia mientras el puro que llevaba en la mano se acercaba a mí.

Yo intente defenderme pero este me propino un puñetazo en el costado y apago su puro en mi ojo izquierdo. Aun que fuera viejo y sus movimientos flemáticos, si te alcanzaba te daba con el ímpetu de un toro al ver una bandera roja. Todavía recuerdo aquello, ese día me cague en todos los antepasados del carcamal y me guarde el dolor para mí, ya que sabía que si oía un solo gemido no dudaría en seguir propinando puñetazos. Mientras este se iba y cerraba de un portazo, yo me retorcía de dolor esperando que los pequeños gemidos que yo soltaba no salieran de aquella habitación.

¿Mi premio? Dos costillas rotas y la pérdida de vista en el ojo izquierdo.

martes, 8 de marzo de 2011

La camarera nueva 5

Al ver que Sam no entraba por esa puerta empecé a impacientarme, justamente la paciencia nunca a sido mi fuerte(sobre todo si se trataba de mi tiempo libre). Típico de Sam- pensé- siempre igual. Seguro que ya esta cotilleando como una maruja de nuevo para hacerse el remolón y presumir de la sabiduría de un saco de chupas.

Así que tendría que ser yo el que moviera el culo hasta el bar, que maldita la gana que me hacía por que ya me había acomodado en aquel viejo sillón de color rojo oscuro. Me levante con tanta parsimonia que si hubiese hecho una carrera contra un caracol, hubiese ganado el caracol. Pero que se le iba a hacer. En fin, cogí las llaves que estaban encima del mostrador, mire a ver si estaba puesto el cartel de cerrado(que por cierto estaba puesto), apague las luces, cerré la puerta con llave y me las metí en el bolsillo trasero de mi pantalón baquero rasgado.
Al dar un paso para entrar en aquel bar con ese nombre tan empalagoso, alguien daba un paso(a me dio la sensación de que salía a zancadas, sin prisas pero sin pausa) hacia fuera. Yo choque y me caí.
Y adivina que. Era...

La camarera nueva 4

Camine los tres o cuatro pasos correspondientes a mi tienda, ya que estaba al lado del Bar Siempre a tú lado (el bar de Sam). Allí estaban esperandome Nick(el bajista), Leo (el guitarrista), Shin(el batería) y... ¿Tim?(el cantante y el segundo guitarrista de abordo) de la banda Black off.
-Ey, cada vez llegas más tarde- dijo Leo de broma.
-Si, es que hay que ver lo que me cuesta salir de mi descanso.-dije mientras les abría la puerta y encendía las luces.
-Deberías formar un grupo algún día.-dijo Shin, como siempre con esa voz neutra.
-Eh, y eso a que viene ahora. Por cierto donde esta Tim.
-Bueno se ve que el chaval a preferido mandarse a mudar a otro grupo, el muy cabrón-dijo Nick, que estaba muy defraudado.
-Eso es que no sabía lo que tenía delante. Gente como vosostros escasea en este mundo. Espero que se de cuenta de lo que ha perdido.
-Lo que más nos jode es que las canciones que habíamos compuesto las halla patentado con el otro grupo.-dijo Leo con voz decaída y cabizbajo.
-Menudo hijo de puta-dije sorprendido-Ni en mis peores pesadillas podría haberme imaginado que haría eso.
-Pues imaginate nosotros. Eso me a dolido, tío, me ha dolido. Y ahora nos hemos quedado sin cantante y guitarrista rítmico.-dijo Nick.
-Por eso, Shin, decías que debería buscarme un grupo.
-Si, y creo que hablo en nombre de todos al decirte que quiero que seas tu el guitarrista rítmico y cantante.- dijo mirando al resto de los componentes del grupo. Estos asintieron y me miraron.
-¿Y bien que dices?
-Que no se cantar y el ritmo se me da fatal. Pa' abreviar ESTAIS LOCOS.
Todos incluyendo al neutro de Shin me miraron regañadientes y gritaron al unisono:
-SI TE HEMOS OÍDO CANTAR Y TOCAR. ERES BUENÍSIMO.
-Ños, joder estáis compenetrados.
-Es más nunca te lo habíamos pedido por que cuando te conocimos Tim ya estaba en el grupo-dijo Nick.
-Venga anda di que si-dijo Leo.
-Solo tengo una cosa que objetar.¿Ustedes saben donde se están metiendo?
-SI-contestaron de nuevo al unisono.
-Pues eso que por mi no hay problema.
-Bienvenido al grupo.-dijo Nick.
Todo lo demás fueron bienvenidas por parte del grupo, y pasamos una tarde tocando canciones de los Sex Pistols y componiendo alguna que otra cosa. A las diez cortamos chollo nos despedimos y me quede esperando a Sam sentado en el sofá de mi tienda.

La camarera nueva 3

Después de haber comido sin hambre y de mala gana, volví a mi sitio en la barra; junto a Sam. Le pague el café de antes, sin prestar atención a su sonrisa.
-¿A picado?-aunque él ya sabía la respuesta, pregunto por el sumo placer de relamer su victoria a gusto, una y otra vez.
-Olvidame.-dije de mala gana.
-Wau, si que te ha dado fuerte la piva.
-Es una estupenda camarera no tengo nada que reprocharle.
-Estaría bueno. Yo soy un chico responsable.
-Si, si ya. Bueno me las piro que tengo que currar.
-¿Ya?
-No se tú pero yo tengo que hacer los deberes.
-Pero si es una tienda de música. Eso esta más desierto que un callejón sin salida.
-Y por que te crees que la he puesto al lado de tu bar y enfrente de un supermercado.
-Bueno y que, si va a estar vacía lo mas lógico es que lo cierres.
-Pues que sepas que no esta del todo vacía, hoy viene a tocar un grupo en la sala insonorizada.
-Bueno no te entretengo más.
-Uno a cero.
-Querrás decir uno a uno-dijo en tono burlesco.
-Eso no cuenta por...
-Chs, no seas tramposo.-dijo mientras me miraba desafiante.
-Bueno, si te hace feliz lo dejaremos así.
-Te veré después del curro.
-Ok. Oído cocina.
Y entonces me marche por aquella puerta esquivando a la clientela, con la cabeza muy alta, las llaves en la mano y la cuenta pagada.

lunes, 7 de marzo de 2011

La camarera nueva 2

Me dirige, haciendo caso omiso a las burlas de Sam, hacia una de las mesas libres "obvio"que estaba mas cerca de la nueva camarera. No tardo mucho en atenderme-Toda una profesional-pensé. Se trataba de una chica con ojos grises perlados; con una larga melena ondulada y pelirroja; de labios finos, carnosos y naturales; de piel pálida y pecosa; con clavículas marcadas; flaquita y de caderas sencillas. Llevaba puesto, como le corresponde, el uniforme del trabajo: unos pantalones rojos a los que iba adjuntado un delantal blanco; una camisa negra de botones con una pajarita de color rojo y peinada con una cola de caballo.
-Hola, buenas buenas tardes,¿qué desea tomar?- Su voz fina y elegante, usaba un tono despreocupado.
-Usted es nueva aquí ¿verdad?
-Si.
-Podría decirme su nombre, si no es mucha molestia.
-Perdone mi impertinencia pero a usted que le importa.¿Para que quiere saberlo?
En casos como estos me suelo alterar y contestar: "Anda vete a la mierda". Levantarme y darle la espalda al que me ha "molestado". Pero... Aquella vez me retuve ya que ella me había respondido de manera correcta.
-No es que me importe. Pienso que llamar a una persona por un sustantivo, teniendo un nombre, es algo incorrecto.-Pero a quién pretendo engañar, conteste así por que quería darle buena impresión. Lo demás me importaba un pito.
-Siento dejarle con las ganas pero va a tener que usar el sustantivo.
-Si lo prefiere así, se quedara así.
-Y entonces, ¿qué va a tomar?
-Pues pongame ...