Y adivina que. Cuando sacudí la cabeza y miera para arriba vi que se trataba de un hombre corpulento con aires de superioridad. Algo moreno, de cabeza rasurada y cuadrangular. Iba vestido con unos pantalones baqueros, unas deportivas y una camisa blanca sin mangas que parecía estar pidiendo ayuda para que la sacaran de aquellos pectorales tan grotescos. Era muy alto. No se de que color tendría los ojos la oscuridad no me permitía distinguirlo y su altura no es que ayudara mucho.
-Ten más cuidado, mira por donde vas-dijo con voz profunda, tosca y de desprecio. Este tenía prisa, por que no me ayudo a lebantarme, ni si quiera espero a que lo hiciera, sino que paso por encima y se largo.
Yo que estuve a punto de ponerlo a parir, casi le digo que porque él tuviera las nubes en los ojos no significaba que no existiera la gente mas baja que él. Pero eso de que midiera dos metros más que yo y tuviera la anchura de un ropero no ayudaba mucho. La verdad es que la idea de darme tortas con el no me agradaba mucho. Segurísimo que acabaría perdiendo. Así que me conforme con hacerle muecas mientras se alejaba y yo me levantaba.
Cuando entre, Sam estaba hablando con la pelirroja; ambos estaban muy serios.
-Perdona que les interrumpa, pero joder como estaba el calvito. Estaba que echaba humo.
-Ten cuidado con ese. Es la primera vez que lo veo y ya ha acabado con mi paciencia.-dijo Sam sin cambiar su expresión.
-Mira que eso si que es difícil.
-Esto no es broma, mañana vamos a plantarle una denuncia.
-Eso lo hablaras por ti. Yo ya te he dicho que no va a volver a pasar. Es amigo de mi hermano.-dijo la pelirroja preocupada.-Yo hablare con él y listo. Solo esta un poco nervioso.
-¿Pero entonces qué ha pasado?-pregunte sin comprender la situación.
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